45 grados

Vivienda Colectiva

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Concurso

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Alcoy

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2021

45 grados

El concurso, basado en las premisas de las nuevas formas de habitar, participar y relacionarse, pide un prototipo de vivienda colectiva ágil y de acción política. Nosotros acudimos a un giro de 45 grados.

«45 grados» es una re-exploración de unas ideas iniciales racionales y claras, en busca de unas {extra}ordinarias condiciones de habitar Vivienda Colectiva.

En lugar de imponer una distribución definida, hemos decidido ofrecer una matriz abierta que permitiese a cada usuario adherir espacios según sus necesidades, dando lugar a distintos encajes y configuraciones entre vecinos a lo largo del tiempo. Esto significa que, aunque ofrecemos tabiques y habitaciones racionales y funcionales, el hecho de girar el conjunto 45 grados nos permite dar un plus.

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VENTAJAS Y CONTEXTO

Orientación, espacios comunes y privacidad

Ese plus se define por 3 beneficios muy simples:

– En primer lugar, ganamos mayor privacidad, dada la cercanía con los edificios contiguos en un contexto históricamente urbano

– Después, orientamos la geometría de fachada hacia las vistas a Noroeste y soleamiento, generando una imagen interesante a nivel compositivo

– Y además, incrementamos la superficie de ésta, pudiendo ubicar más y mejores ventanas, ampliar el patio central de accesos y crear balcones; puntos positivos en el comportamiento pasivo del edificio ante las circunstancias climáticas.

45 grados

SENCILLEZ CONSTRUCTIVA

Combinamos inercia térmica con paneles prefabricados

En paralelo, queremos apostar por un sistema constructivo innovador basado en una utilización contemporánea de materiales tradicionales. Para ello, y gracias a que la distribución del edificio, incluso girado a 45 grados, sigue manteniendo tu racionalidad, optamos por el montaje en seco de una estructura ligera de paneles prefabricados de madera contralaminada sobre un basamento de hormigón in situ. Todo ello reforzado y envuelto por una piel cerámica de alta inercia.

Al resultado nos gusta llamarlo «tablero de juego», ya que esperamos que su evolución y adaptación a las necesidades de los vecinos se haga naturalmente según se juegue y viva en él. Preferimos descartar las terminaciones superfluas y hacer evidente la lógica de la construcción, de modo que se fomente de alguna manera la sinceridad, la comunicación y la colaboración entre los habitantes. Y así, el edificio se adapta a ellos, y no al revés como siempre suele ser. Gracias también a Diego.

Creamos por tanto una matriz a 45 grados para la colaboración entre vecinos, enfocando la mirada hacia prototipos de vivienda adaptable en el tiempo que permita a sus habitantes evolucionar e interaccionar en distintas etapas de su vida sin que la Arquitectura sea un obstáculo rígido y aislado.